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Ciudad Libre Opinión


COLUMNA DE OPINIÓN

Una óptica distinta sobre
las verdaderas causas
de la guerra de Irak

>  Escribe: Nicolás Saint


"Llena está de sangre la espada de Jehová...
porque tiene sacrificios en Basora"
Isaías 34

El dominio de la segunda reserva petrolera del mundo y demás intereses de índole económica parecen ser, a simple vista, los principales y únicos motivos que movieron a los Estados Unidos y sus aliados a emprender una guerra contra Irak. Pero estos son los motivos evidentes e inmediatos que con su fulgor enceguecen a quien trate de ver mas allá, donde se encuentra la presencia de la real y oculta causa de los hechos.

Las causas ocultas

"¿Quién es ese que llega desde Edom, desde Basora, con las ropas enrojecidas?.... Los he pisoteado con ira, los he estrujado con furor, su sangre salpicó mi ropa y manchó todas mis vestiduras. Porque tenía previsto un día de venganza y había llegado mi año de redención.... Pisoteé a los pueblos en mi ira, los embriagué en mi furor, hice correr su sangre hasta el suelo." (Isaías 63,1)

En 1990, en el preludio a la guerra de Estados Unidos con Irak, el Rebe de Lubavitch, Rabi Menajem Mendel Schneerson, explicaba a sus seguidores en sus cuarteles generales de Brooklyn el significado de los versículos bíblicos precedentes.

Según explicara el influyente rabino, el texto era referido a la guerra que se avecinaba, guerra que daría comienzo en 1991. Ésta, según sus palabras, no debía provocar pesar o temor para el pueblo judío; lejos de eso, debía ser motivo de gozo pues sería una victoria para el judaísmo. Una victoria que allanaba y acortaba el camino para la "Redención de Israel".

"No hay razón para confundirse o atemorizarse. Por el contrario, esta confrontación está anunciando el tiempo de nuestra redención", afirmaba.

El Rabí, fue mas lejos, predijo, o tal vez sería mejor decir anunció, que una nueva guerra entre los Estados Unidos e Irak ocurriría a mediano plazo y en esta tomaría nuevamente un papel principal la ciudad de Basora.

Doce años después, cuando la metralla comienza nuevamente a sonar en Irak, los rabinos vuelven a comentar de igual forma los antiguos textos: "Porque el Señor tiene un sacrificio en Basora y una gran matanza en el país de Edom... porque el día de mi venganza esta en Mi corazón y el año de mi redención ha llegado." (Isaías 34,6)

Apoyándose en estos textos, el establishment judío señaló la guerra contra Irak como una guerra emprendida por el mismo Dios contra sus enemigos y más importante aún, como un signo de su "liberación", de su ya nombrada "redención".

Esta peculiar interpretación de los textos bíblicos puede causar sorpresa entre los no judíos, sin embargo se encuentra en total sintonía con otros textos sagrados para el judaísmo.

Tanto en el Talmud como en el Zohar ( por ejemplo en Avoda Zara 58b o Shabat 29b ) se encuentran varios pasajes que avalarían esta exégesis de los textos bíblicos. En ellos podemos encontrar varias citas que hablan de una guerra en que la ciudad de Basora sería uno de sus principales escenarios; y que iniciaría el fin de los días del "cautiverio de los hijos de Israel".

Éstas explicaciones de los textos bíblicos podrán parecerles a muchos descabelladas, pero no son especulaciones de quien escribe, sino que es el pensamiento sostenido dentro de las corrientes judías ortodoxas. Con esta perspectiva, podemos apreciar que la otra guerra, la guerra por el petróleo, los intereses económicos o como una acción preventiva contra ataques terroristas, es sólo una cortina de humo.

La guerra tiene sus beneficiarios inmediatos, las compañías petroleras norteamericanas por ejemplo, sin embargo, conociéndolo o no, éstos sirven a metas ajenas y mucho más amplias.

La ortodoxia judía se está sirviendo de caprichosas manipulaciones de los textos bíblicos relacionándolos con textos propios, para provocar en el pueblo judío ese sentimiento místico.

¿Ahora Siria?

Al parecer los grupos extremistas judíos continuarán con su siniestra lógica, realizando paso a paso sus profecías. En los momentos de escribir esto, Estados Unidos amenaza con atacar Siria. Esta nueva guerra, por mas increíble que parezca, cumpliría lo dicho por Jeremías miles de años atrás. En sus profecías, la guerra contra Siria sucedía a la guerra contra Irak.

En Jeremías 49,13 podemos leer: "Porque por mí he jurado, dice Jehová, que asolamiento, oprobio, soledad y maldición será Basora, y todas sus ciudades serán desolaciones perpetuas.... He aquí que como águila subirá y volará, y extenderá sus alas contra Basora; y el corazón de los valientes de Edom será en aquel día como el corazón de mujer en angustias. Se desmayó Damasco, emprende la huída, le asalta el terror, es presa de la angustia y los dolores como una parturienta. ....Por eso, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos los hombres de guerra morirán en aquel día, ha dicho Jehová de los ejércitos. Yo prenderé fuego a la fortaleza de Damasco, y él consumirá las casas de Ben-Hadad."

Si logran continuar moviendo los acontecimientos en el orden de la realización de sus sangrientas profecías, los blancos siguientes podrían ser, aparte de Siria: Jordania, Irán y Arabia Saudíta. Pero sean cuales fueran los escenarios futuros, sean cuales fueran los motes que se le impongan a esas guerras, se seguirá asesinando inocentes, destruyendo ciudades, gastando millones y arriesgando soldados en pro de una siniestra sed de dominación.

"La verdad os hará libres"

Durante la guerra contra Irak, manifestaciones contra Norteamérica y sus aliados inundaron el mundo. Pero ni en murmullo se escucharon las razones reales de esta guerra ni sobre los verdaderos inspiradores y beneficiarios de ella. Tal vez la difusión de las causas ocultas de esta guerra, la identidad y fines de sus gestores puedan evitar que nosotros, que nuestros hijos, que nuestros pueblos, seamos parte del túmulo de cadáveres de justos e inocentes sobre el que Israel está construyendo su "redención".

Nicolás Saint
26 de abril de 2003
Saint@gmx.net
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Advertencia del autor:
- El autor no expresa ninguna idea de corte racista. Sus críticas no son hacia ningún grupo racial determinado sino hacia personas o grupos con ideas determinadas.
- No se intenta apoyar o justificar ninguna clase de terrorismo, sea del grupo que fuere. Un niño muerto lo es igual por un misil o por un hombre-bomba.
- Sólo se intenta develar la Verdad, que ella nos ayude.

 

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