SANTA FE (Diario Crónica - Argentina) -- Al menos diez personas murieron, según
fuentes extraoficiales, y otras dos eran buscadas tras ser reportadas como desaparecidas,
a raíz de las graves inundaciones que provocó sobre esta ciudad y sus alrededores el
desborde del río Salado y que dejó a cerca de 100 mil pobladores evacuados. El
ministro de Gobierno y presidente del Comité de Emergencia Hídrica, Carlos Carranza,
ofreció ayer una conferencia de prensa en la que sostuvo que de acuerdo con los niveles
estacionarios que presenta el Salado arriba "podemos decir que la ola más importante
está pasando por Santa Fe" ahora. En ese sentido, destacó que si se mantienen estas
condiciones podría generarse una merma en el caudal de agua hoy al mediodía. Además,
explicó que debieron efectuarse voladuras con dinamita de algunas defensas que se
construyeron el lunes porque el agua que había quedado dentro del anillo de contención
superaba en altura a la del exterior.
Mientras autoridades nacionales, provinciales y municipales realizaban todo tipo de
operativos para llevar ayuda a los evacuados, evitar accidentes y rescatar a las personas
que se resisten a abandonar sus casas, el río Salado había llegado en la tarde de ayer a
los 6,34 metros de altura en el puerto local y la temperatura de 18 grados comenzaba a
bajar. En tanto, fuentes policiales y el propio Carranza en la conferencia señalaron que
aún no se confirmó el paradero de dos personas que sus familiares reportaron como
desaparecidas, dado que aún se las busca en centros de refugio y zonas anegadas. El
ministro Carranza y su par nacional, Ginés González García, señalaron que son cerca de
50 mil las personas evacuadas y alojadas en 115 centros de asistencia. En tanto, se
calcula que de distinta forma la irrupción del agua afectó a otro millar de personas en
el resto de la provincia donde, según Carranza, no hay ciudades aisladas.
Por otra parte, fuentes policiales señalaron que aún hay gente subida a los techos de
las casas que se niegan a dejar sus viviendas por temor a saqueos y que empleados de
empresas de servicio aseguraron haber visto personas armadas que amenazaban con
dispararles si les cortaban el suministro.
Desde Buenos Aires, en tanto, el presidente Eduardo Duhalde prometió un "apoyo
masivo" del Estado nacional a Santa Fe para "paliar las consecuencias" de
esta crisis y anunció el envío de siete millones de pesos para contener la emergencia y
cuarenta mil cajas de comida.
La ministra nacional de Desarrollo Social, Nélida Doga, y su par de Salud, González
García, coordinaban acciones asistenciales en Santa Fe y en especial buscaban
"evitar cualquier riesgo epidémico", según indicó el segundo. González
García destacó que hoy mismo se comenzó a "vacunar contra la hepatitis A en los
centros de evacuados" ante lo que llamó el "riesgo terrible que implican la
propagación de las enfermedades de índole respiratorio y las gastrointestinales".
Además, el ministro destacó que se "relocalizaron todos los enfermos (internados en
centros de la zona inundada) en hospitales públicos y privados".
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