En la noche del 20 de
abril, y contando con el silencio cómplice del gobierno alemán y de los medios de
prensa, un desconocido grupo de anarquistas hizo estallar un coche bomba frente a la sede
del NPD en Berlín. Afortunadamente, el acto criminal no produjo víctimas. Pocos días
después, el domingo 25, otra banda izquierdista incendió el local de Forza Nuova en
Roma.
Asimismo, camaradas de La Falange de España informaron que el 17 del
corriente una veintena de separatistas castellanos golpeó a traición al jefe de ese
movimiento en la región de Aranda de Duero, Burgos. La agresión fue denunciada
oportunamente ante los Juzgados de Aranda, mientras los dos periódicos locales, El Diario
de Burgos y El Mundo, pretendieron tergiversar los acontecimientos diciendo que se trató
de "una riña entre grupos skinheads".
Cabe preguntarse ahora cuál es el verdadero motivo de esta ola de ataques
de grupos marginales contra estas fuerzas nacionalistas legales y democráticas.
La respuesta podría estar en la cercanía de las próximas elecciones
parlamentarias europeas de junio, ya que según los informes que recabaron las autoridades
de la Unión Europea, las fuerzas nacionalistas del continente estarían en condiciones de
formar un importante bloque en la Eurocámara con más de 30 legisladores propios. En esta
representación habría parlamentarios del Frente Nacional de Francia, del Partido de la
Libertad de Austria, del Vlaams Blook y del Frente Nacional de Bélgica, y de los
movimientos de Italia, Alemania, Polonia, Eslovaquia y muy probablemente de España. La
noticia causó conmoción entre los dirigentes de la izquierda europea más recalcitrante,
así como en quienes no desean que cambie el actual statu quo de dependencia.
Seguramente, la impotencia de ver como pese a los permanentes intentos de censura el
Nacionalismo continúa creciendo día a día en el continente, desató estos actos de
barbarie y vandalismo. Finalmente, los "demócratas" decidieron sacarse la
máscara y mostrar su verdadero rostro de odio e intolerancia, apelando a la violencia
como método desesperado.
redkalki@libreopinion.com
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