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En nombre de Jean-Marie LE PEN, presidente del Frente
Nacional, y de los diputados del FN en el Parlamento Europeo, Bruno Gollnisch presentó el
viernes 30 de abril ante la embajada de Bélgica la protesta formal del Frente Nacional
frente a las persecuciones legales y gubernamentales de las cuales es objeto el Vlaams
Blok.
Gollnisch habló durante aproximadamente una hora con el cónsul plenipotenciario, Sr.
Ouvry, y le entregó luego a este diplomático una carta dirigida a las autoridades
belgas, cuyo texto aquí reproducimos.
St-Cloud,
27 de abril de 2004
A su Excelencia
Sr. Pierre-Etienne Champenoi
Embajador del Reino de Bélgica
9 rue de Tilsitt
75840 PARÍS Cedex 17
Sr. Embajador,
La delegación de los miembros
franceses del Parlamento Europeo a los que Ud. aceptó recibir, viene a expresarle su
profunda preocupación y su formal pero muy firme protesta, en relación a la persecución
política de la cual está siendo objeto el Vlaams Blok (Bloque Flamenco).
Respetuosos de la soberanía de
los Estados, no tenemos por costumbre implicarnos en los asuntos internos de éstos. Pero
Bélgica, como Francia, pertenece a una comunidad, la Unión Europea, fundada
doctrinalmente en la Democracia, el Derecho, la Justicia y la Libertad de la Expresión,
dentro de la que se supone que existen reglas iguales para todos los partidos políticos
que pueden participar en la vida electoral de los países.
Como parlamentarios electos de
la UE, seguimos con preocupación e indignación la cohersión de la Libertad de
Pensamiento en su país.
Por qué es calificado como
"políticamente incorrecto" el Vlaams Blok, una de las primeras fuerzas
políticas en la región flamenca, que prácticamente no recibe ninguna cobertura por
parte en los medios de prensa, los cuales, despreciando el pluralismo de opinión, se
arrogan el "derecho" de no darle la palabra y, en diferentes circunstancias,
hasta se vanaglorian de ello.
Para peor: las leyes votadas
hipócritamente por la mayoría oficialista tienen como objetivo impedirle al Vlaams
Block, bajo oscuros pretextos ideológicos, el acceso a su financiamiento para participar
democráticamente de la vida política belga, que proviene de fondos que no son otros que
los impuestos pagados por todos los ciudadanos, incluídos los muchos votantes del Vlaams
Blok.
Así, los viejos partidos que se
enlodaron en negociados corruptos, y que no tendremos la maldad de identificar
públicamente aquí, se arrogan ahora el derecho de votar expropiaciones y de excluir con
ellas a sus rivales políticos, que no hicieron otra cosa que participar pacíficamente en
diferentes comicios e ir obteniendo el apoyo de los electores.
Y aún más: las asociaciones
que hacen de la lucha "contra la discriminación" su profesión -exceptuando,
por supuesto, la discriminación que se ejerce contra el periódico flamenco Walloons, en
contraste con el diario Flemings que es financiado por el Ministerio de Justicia y que
está a sus órdenes- adquirieron la "facultad" de ser inquisidores políticos y
judiciales.
El Vlaams Blok es víctima de
una verdadera odisea legal. La decisión judicial que confirmaba su legalidad fue apelada
por el oficialismo y sometida a la revisión del Tribunal de Apelación. Este tribunal no
hizo más que confirmar esa sentencia, pero a su vez el gobierno presentó un recurso de
queja extraordinario para llevar el caso directamente al Tribunal de Casación. En
síntesis, y considerando todos estos hechos, cabría razonar que lo único que se busca
es un tribunal en el cual el gobierno pueda obtener una condena al Vlaams Blok.
Resulta entonces cada vez menos
creíble la existencia de una auténtica independencia de su Poder Judicial. Más cuando
el propio Ministerio de Justicia financia alegremente a los "demandantes",
cuando las leyes se parcializan, cuando se busca imponer el delito de opinión, cuando se
intenta crear el rídiculo concepto de "partido liberticida". Es imposible no
recordar las farsas judiciales ejecutadas por los "Tribunales Revolucionarios",
que condenaban a sus opositores al grito de "no puede haber libertad para los
enemigos de la libertad".
Sin embargo, el
"crimen" de Vlaams Blok es puramente ideológico: es acusado por no aceptar la
actual e insana política inmigratoria, que es uno de los grandes perjuicios que padecen
los ciudadanos de Europa.
Si todo esto ocurriera en
cualquier país asiático, africano o latinoamericano, sería considerado dictatorial,
totalitario y violatorio de todos los derechos de la oposición política.
Pero esto ocurre hoy en su
país, sede de las instituciones para las que nosotros fuímos electos.
Esta es la razón por la cual
vinimos a expresarle a Ud., señor Embajador, nuestra total solidaridad con nuestros
compañeros del Vlaams Blok, y le pedimos que le transmita a su gobierno nuestro malestar
y nuestra firme resolución de defender la Libertad de Expresión, y nuestra esperanza de
que finalmente prevalecerá la Justicia y la Equidad que debe existir para todos, aunque
sean sus opositores.
Señor Embajador, reciba un
saludo de nuestra más alta consideración,
Jean-Marie
LE PEN
Presidente del Frente Nacional
Ex Parlamentario Europeo
Bruno GOLLNISCH
Carl LANG
Jean-Claude MARTINEZ
Marie-France STIRBOIS
Parlamentarios Europeos del FN
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Comunicado traducido al español por la Red
Kalki
redkalki@libreopinion.com
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