Luego de la crisis del Estado boliviano, desencadenada
por el despotismo gubernamental, el negociado con transnacionales y la
ausencia de identificación del gobierno con la realidad nacional, sin reparar en gastos
en un despliegue de marketing, nos mostraron las ventajas de la capitalización, nos
hicieron ver ilusiones cual expertos de la prestidigitación, cuando la única realidad
que identifica a los bolivianos es la marginalidad, la pobreza, el analfabetismo, la falta
de trabajo y protección a los recursos humanos no renovables (que también son
aprovechados como sutiles anzuelos).
En su nombre se nos condona deudas, Bolivia se beneficia con financiamientos para
diversos rubros, para fomentar la microindustria, optimizar la administración pública,
la reforma educativa y de salud, alivio de la pobreza, cínicamente hecha contra la
corrupción. Estos recursos inicialmente absorbidos por una burocracia administrativa
estatatal conformada por allegados y politiqueros serviles. Luego llegan a empresas -oh
casualidad- de ministros, parlamentarios o asesores de los mandamases, que tienen las
garantías exigidas para acceder a estos créditos. Para disimular, otorgan recursos a
algunas empresas pequeñas. ¿Y dónde queda el resto de los bolivianos a los que
teóricamente se destinaba estos recursos? Se les impone intereses inalcanzables cuando a
nivel internacional la tasa de interes es la libor.
Y surgió una luz al final del túnel (un nuevo gobierno), una esperanza que se fue
opacando, por la oscuridad de la intransigencia del caudillismo sin norte y por falta de
transparencia, la inconsecuencia y la debilidad del mismo gobierno.
El sometimiento internacional, gubernamental, sindical o confederativo del boliviano no
se podrá cambiar. Los gobiernos de turno no tendrán la capacidad de adecuar el progreso
mundial a nuestra realidad. Tendrán que diseñar políticas nacionales para no quedar
como imitadores mediocres o fracasados.
Teníamos contados salvadores de la Patria, políticos, empresarios, dirigentes
sindicales e instituciones, y ahora son varias decenas. Estos, con diferentes pretextos,
esgrimen nuevas ilusiones y fantasías, incitando a los incautos a los bloqueos, marchas,
huelgas, paros etc. ¿Será que estas mentes prodigiosas desconocen también nuestra
realidad?
Sus pliegos petitorios benefician a su sector, su región, su entorno y su
apetito personal, sin importales Bolivia como Nación Libre y Soberana.
Y el gobierno de Carlos Mesa deja entrever su debilidad con soluciones efímeras,
sectoriales o regionales. Dos pasos adelante y uno atrás. La falta de información
oportuna enfrenta a posiciones, regiones e instituciones, oportunidad que no pierden los
caudillos que a capa y espada quieren salir del anonimato, sin importales que son
corresponsables de la desintegración social de Bolivia.
Así enfrentaremos el 18 de julio al Referéndum 2004, la base sustancial elaborada por
el grupo de élite gubernamental, de dominio de ministros, parlamentarios, asesores, pero
de desconocimiento de quienes emitirán su voto. Se deja a medias para que los caudillos
interpreten todo a su gusto y sabor, causando mayor confusión.
¿No será que el referéndum sólo es para justificar acciones ya definidas por el
gobierno? La localidad de Minero, situada al sud de Bolivia en el departamento (provincia)
de Santa Cruz, como el 100 por ciento del area rural de Bolivia, está inmersa en esta
nebulosa, votará a ciegas, según las normas de tin marín de do pingüe,
tu
Conocen por referencia el problema del gas pero carecen de las claves para decifrar el
rompecabezas misterioso de las cinco preguntas. Dejarán chacos, horas de trabajo que
significan el sustento familiar, para elegir entre el verde y el rojo; de no hacerlo
sufrirán las sanciones establecidas por ley. ¿Es que acaso por un minuto pensaron en las
mayorías nacionales?
Si apenas terminaron el Ciclo Básico o quedaron en Ciclo Medio, no entienden el
tecnicismo ni la fraseología petroquímica. Si acaso pensaron un poco, intentarían
bajarse escalones sociales para identificarse con ellos, o hacer conocer
detalles cruciales, y podrían evitar el rechazo y resistencia nacional, no al referéndum
como tal, sino a la forma en que se intenta realizar.
Algunos medios de comunicación social de Bolivia, que se supone educan, orientan,
informan, sólo dejaron entrever que los que no buscaron la suficiente información... son
unos supinos ignorantes.
Esta desorientación y desinformación viene del gobierno, por eso es que la luz de
esperanza se está muriendo.
En los hechos se actúa como siempre, y los que trabajan para la comida, ropa,
estudios, miran impasibles cómo las llamas del caos y la anarquía deviran las bases de
nuestra sociedad, avivada por el caudillismo criollo. Caminamos a ciegas, algunos lentos,
otros obligados y a paso veloz. Si no se replantea un rumbo y un norte para Bolivia, poco
importa el tiempo y el cómo llegaremos a la naca. En resumen, estamos COMO AL PRINCIPIO.
Dr. Víctor Uriona G.
comsolinf22@hotmail.com
Periodista, ex-Consejal del Municipio de Minero, Departamento de Santa Cruz, Bolivia
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