BOLIVIA (De nuestro Corresponsal) -- Las petroleras que trabajan en Bolivia, a
raíz de la presentación de la nueva ley sobre hidrocarburos por parte del presidente
Mesa al Congreso boliviano, se encuentran muy molestas. La Comisión Mixta de Desarrollo
Económico del Parlamento comenzó el miércoles el análisis del proyecto de esta nueva
ley enviada por el Poder Ejecutivo. Por su parte, el bloque de empresarios, que está
conformado por varios sectores con representación dentro de la sociedad boliviana,
también está abocado a una evaluación de dicho proyecto y luego hará conocer su
posición.
Las petroleras prevén que serán convocadas para indicar su punto de vista oficial al
Legislativo sobre esta nueva ley que debe ser aprobada por el Parlamento boliviano.
Curiosamente hay diez proyectos de ley en discusión, los unos más dispares que los otros
pero formando dos grandes cuerpos difíciles de conciliar; por un lado lo que representa
para el pueblo boliviano la nueva ley de hidrocarburos y por otro el cuerpo avalado por
las grandes transnacionales, que tratan de defender sus intereses, más de ganancias que
de inversión.
Las empresas petroleras integrantes de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos ya se han
pronunciado en contra del proyecto del presidente Mesa. Raúl Kieffer, presidente de esta
entidad, hizo pública la posición de las petroleras en una conferencia de prensa:
"La migración obligatoria quiere decir rescisión de contratos. Y en ninguna parte
del mundo se los rescinde unilateralmente. Siempre es pactado entre los firmantes. Vemos
con suma preocupación que, antes de decidir cambios en los contratos, deben existir las
condiciones para tomar esa decisión por situaciones que parezcan mejores o probablemente
de acuerdo al diálogo entre partes".
Para las petroleras la nueva escala de tributación es contraproducente; dicen que
inhabilita a las empresas a que "continúen la inversión en desarrollo".
Afirman también que "la curva es de un nivel tan desproporcionado, que va a dejar
fuera a gran parte de los megacampos que los bolivianos ven que podrían ser los
abastecedores de los polos de desarrollo petroquímicos en las fronteras con Brasil y
Argentina". Asimismo señalan que imponer la filosofía del control estatal está
"totalmente desfasado".
Lo que no dicen los representantes de las empresas petroleras que trabajan en Bolivia
es que ellas sólo pagan un 18% en regalías y con la nueva ley de hidrocarburos se
pretende que este tributo fiscal llegue casi al 50%. Para todos los sectores de la
sociedad boliviana se ha entrado prácticamente a un debate de carácter nacional para
saber cuál de los proyectos de ley será aprobado por el Legislativo. Cualquiera que sea
el resultado final, siempre será mejor para el Estado boliviano la nueva ley que la que
está actualmente en vigencia. El ex presidente prófugo Sánchez de Lozada (Goni),
prácticamente regaló el petróleo a las transnacionales, y ese fue uno de los grandes
motivos por los que en octubre del año pasado salió del país como un autoexiliado y
fuera repudiado por todo el pueblo boliviano por los hechos sangrientos de "Octubre
Negro", donde más de 60 civiles murieron.
Esta nueva propuesta en favor del erario nacional puede fortalecer en algo la ya vacia
caja de caudales del Tesoro General de la nación boliviana. Es por ello que se cree que
habrá una fuerte y tenaz resistencia civil si es que el Parlamento boliviano no aprueba
una ley de hidrocarburos que, fuera del aspecto económico, trasúnte el sentir de Bolivia
a raíz del referendum del pasado 18 de julio, donde con un "Sí" se aprobó
ajustar a las petroleras transnacionales en el pago justo en materia de regalías.
La nueva ley de hidrocarburos debe ser aprobada hacia fines del presente mes, y se ha
fijado como día límite el 27, en el que la Comisión Mixta del Congreso entregará al
plenario el proyecto para su consideración y aprobación final.
(Guillermo Teddy Elizalde para la Red Kalki)
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