El último sábado, los
diarios de Italia mostraron las fotos de Paolo Di Canio, ídolo del club de fútbol Lazio,
celebrando su gol de la victoria ante la Roma con el brazo derecho en alto y en posición
marcial, tal cual es el clásico saludo romano. Y esto despertó distintas reacciones en
las esferas políticas y deportivas de Italia. Sobre todo, porque el gesto del jugador fue
respondido con miles de brazos en alto desde las gradas.
Alessandra Mussolini,
nieta del Duce y actual eurodiputada por su partido Alternativa Sociale, alabó la actitud
de Di Canio. "Fue muy hermoso, el saludo romano, me encantó," dijo la
legisladora europea. "Le escribiré para que sepa mi agradecimiento."
Desde el otro extremo
del arco político, el dirigente izquierdista y actual presidente de la Comisión de
Deportes del Ayuntamiento de Roma, Enzo Foschi dijo que respetaba a Di Canio como
futbolista pero que le "aterraba" su gesto. "Ese saludo no puede pasar
desapercibido. Le da legitimidad al fascismo", pretendió advertir.
Pero Paolo Di Canio no
es una figura nueva o desconocida, es la máxima estrella de su equipo, el hombre más
respetado por la siempre multitudinaria afición del club. Y jamás ocultó su adhesión
al fascismo. En su brazo derecho lleva tatuada la inscripción "DUX" (como se lo
conocía a Benito Mussolini), y en su juventud explicó que él se sentía
"fascinado" por la figura del estadista. "Mussolini fue un hombre
incomprendido profundamente. Básicamente fue un líder ético y con principios",
afirmó en una entrevista.
Di Canio, de 36 años, hizo
su carrera en otros clubes como la Juventus, el Milán, el Celtic de Escocia o el Charlton
de Inglaterra, en éste último donde cobraba un multimillonario contrato que rescindió
con tal de regresar a las filas del equipo que siempre amó, la S.S. Lazio. "Con esta
camiseta no tengo miedo a nada" es su frase favorita.
Y más allá de las
críticas de sus rivales, todos admiten por lo bajo que Di Canio es el jugador que
cualquier club quisiera tener en su escuadra. Para el partido con la Roma, que es el derbi
más importante que tiene la ciudad, Di Canio se había preparado mentalmente e incluso
había conseguido que sus compañeros volvieran antes de las vacaciones de Navidad para
prepararse para el partido. Durante los entrenamientos, lucía una camiseta especial con
una frase de la filosofía samurai: "Existen dos modos de volver de una batalla: con
la cabeza del adversario o sin la propia". Y así fue como se convirtió en el
artífice de la victoria por 3 a 1 del pasado jueves.
Las autoridades del
club salieron a respaldar a su estrella. El director deportivo de la Lazio, Gabriel
Martino, indicó que "no coincidimos con aquellos que reclaman por un supuesto gesto
antideportivo del jugador o de los hinchas".
El flamante DT de
Lazio, Giusepe Papadopulo, rechazó cualquier interpretación política al festejo de Di
Canio: "Creo que lo que hizo fue espontáneo e instintivo y hay que medirlo como tal.
Di Canio tiene un espíritu guerrero y esto tuvo que ver con eso".
Papadopulo respondió a las críticas vertidas del director deportivo de la Roma, Franco
Baldini, señalando que "está claro que para evitarle mayores presiones al equipo
por la derrota intenta apuntar hacia otro lado".
En todo caso, tampoco
es ésta la primera vez que en el fútbol italiano los jugadores se muestran afines al
Nacionalismo. En 1999, el entonces arquero del Parma (hoy en Juventus) Gianluigi Buffon,
salió al campo de juego con una camiseta en la que se leía uno de los mensajes
tradicionales del fascismo.
El grupo de
"ultras" del Lazio, la Gli Irriducibili, amenaza con acudir masivamente ante la
sede de la Federación Italiana de Fútbol si Di Canio es sancionado por su saludo. Una
manifestación a la que se añadirían también todo el resto de los aficionados del
Lazio.
(Resumen
informativo de distintas agencias internacionales)
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