En primera instancia, los convocantes de la manifestación aseguraron ser de “izquierdas”, “independentistas” y no vinculados a ningún partido político. A pesar de que destacados miembros del PP aseguraron que, tras los convocantes, se escondía la ilegalizada Batasuna, el Departamento de Interior decidió no suspender tal acto ya que, según palabras del Consejero Balza, “el Gobierno vasco no veía motivos para adoptar una decisión similar”.

Sin embargo, el pasado jueves, las calles de Bilbao amanecieron con carteles en los que se invitaba a participar en la manifestación bajo el lema de “Orain herria, orain bakea” (idéntico lema que el empleado en la manifestación no autorizada de San Sebastián) y firmados por Batasuna.

A pesar de la evidencia y de las críticas expresadas por las fuerzas políticas de la oposición, especialmente del Partido Popular, el Departamento de Interior continuó sin revocar el derecho de manifestación y manifestó que “no ha observado elementos objetivos que justifiquen la prohibición”.

Desde primeras horas de la mañana, la tensión se empezaba a hacer presente en las calles de la Villa de Bilbao. A las ocho de la mañana, estaba prevista la tradicional izada de banderas que se realiza el día grande de las fiestas bilbaínas. Tal y como anunció RK en anteriores artículos, un grupo de una veintena de simpatizantes del entorno de Batasuna se concentró en la explanada del Consistorio, gritando consignas a favor de ETA y en contra de la bandera española. La presencia de la Ertzaintza (Policía Autonómica) hizo que ese grupúsculo se dispersara, profiriendo insultos contra la Ertzaintza como “mercenarios”, “españoles” y “fascistas”. Gracias a la presencia uniformada, la arriada de las banderas se producía alrededor de las ocho y veinte sin mayores incidentes.

A las doce de la mañana partía la manifestación desde la sede provincial del PSOE en la bilbaína Alameda de Rekalde. La Policía Autonómica Vasca tuvo que intervenir en varias ocasiones debido a que grupos de manifestantes lanzaron objetos contra la sede socialista. En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, que comprendía seis furgonetas y un helicóptero, la marcha transcurrió hasta su finalización en la explanda del Ayuntamiento. Allí, el dirigente de la ilegalizada Batasuna, Fernando Barrena tomó la palabra y fue el encargado de cerrar el acto político.

Por otro lado, la Asociación de Funcionarios contra el Terrorismo “Manos Blancas” ha anunciado que denunciará al Consejero de Interior Balza por un delito de “prevaricación” al permitir la celebración de la manifestación.