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Columna de Opinión
Escribe: WALTER ROMERO

Escandalícese

Una óptica distinta sobre el Brasil de Lula

>  Jueves 4 de agosto de 2005


¿Usted se acuerda de la primera vez que habló desde un celular ? ¿No fue lo máximo ? Hoy el celular es rutina. Es parte de nuestras vidas y nadie más le da tanta importancia. El trato diario con el celular banalizó ese aparatito fantástico.

Una vez escribí un artículo sobre una experiencia que tuve en un hospital cuando un médico, friamente, me comunicó que mi vecino habia muerto. Nunca me conformé con aquella frialdad demostrada por el profesional. Después, reflexioné que lo que era novedad para mí, era rutina para aquel médico. El trato diario con el dolor banalizó las tragedias.

Hubo un tiempo en que los asesinatos, violaciones y secuestros eran tratados como escándalos. Hoy, son noticias comunes. Hasta mismo esperadas. Nadie más se espanta. El trato diario con las tragedias banalizó la violencia.

¿Y las peleas en las canchas de fútbol? ¿Y los niños abandonados en las calles ? ¿Y la corrupción en la administración pública ?

Es así que las personas funcionan. Por más incómoda que sea la situación, al estar en contacto frecuentemente con ella, creamos familiaridad con la misma. Y la familiaridad, banaliza. Y aquello que algun dia fue un escándalo, se convierte en "normal".

Pues lo que tengo visto en Brasil es exactamente eso. La banalización generalizada en sectores importantes, terminando por matar nuestro sentido de indignación. Preferimos reir a indignarnos.

Agarrar a un tipo con dolares -producto de coimas- en el calzoncillo; después a otro con 7 valijas repletas de dolares; después al Sr. Valerio sacando de su cuenta bancaria más de mil millones de reales. Los "lugartenientes" de Lula envueltos en los peores casos de corrupción de la historia brasilera. El mismísimo hijo de Lula envuelto en un caso de tráfico de influencia. Y así va. Y vamos tratando la corrupción como algo "normal". Y decimos resignados: "Ah, Brasil es así...."

Y ahí cuando un tipo -cansado de aguantar- hace un escándalo con el cajero del banco por haber esperado en la fila casi una hora para pagar una cuenta, lo censuramos por "escandaloso". No se puede creer....

El brasileño debería aprender nuevamente a escandalizarse. Deberíamos escandalizarnos por todo lo que nos molesta. Y la corrupción debería nuevamente molestarnos. Como antes. Escandalizarnos. Y el escándalo se convierte en grito. Y el grito se convierte en movilización. Y la movilización se convierte en acción. Modificamos nuestro comportamiento para modificar al Brasil.

Pues aquí va mi recomendación: Antes de "tomarlo con soda", o de conformarse o de levantar los hombros en señal de "¿qué puedo hacer?", antes de eso.... ¡ESCANDALÍCESE!

Apenas escandalícese. Silenciosamente. Allá, en el fondo del alma. Sienta aquel gusto extraño en la boca. El corazón latiendo fuerte. La furia tomando cuenta de su cuerpo. La rabia acumulandose. Y para desahogarse....¡¡¡GRITE !!!

Quien esté cerca suyo pensará que usted es loco. No se caliente. Es así que comienza...

Walter Romero

 

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