BOLIVIA (De nuestro Corresponsal) -- En el altiplano
(puna) de Bolivia, a una altura de más de 3.800 metros, con un frío que generalmente
está por debajo de los 10 grados, existen comunidades indígenas dispersas, solitarias,
sin comunicación terrestre, sin agua ni electricidad, con una población diezmada, muy
pobre y dedicada sólo al cultivo de la papa, algo de maíz y alimentando y criando a sus
camelidos, es decir llamas.
En una comunidad que se llama Isallave, perteneciente al departamento (provincia) de
Oruro, a las 11 de la mañana del día 27 de octubre de 1959, nació el niño indígena
Evo Morales Ayma.
Sus padres, Dionisio Morales Choque y María Ayma, ese día vieron de cerca de la
muerte cuando corrieron peligro la vida de la madre e hijo, por cuanto no contaban con
ninguna atención médica y se produjo una hemorragia que no parecía no iba a poder ser
detenida. El padre corrió hasta otra comunidad más cercana a pedir auxilio médico y no
encontró nadie quien ayude a su esposa para el parto. Finalmente, y después de comer el
pan de maíz que se le había antojado a la madre, el niño pudo salir del vientre gracias
al empleo de recursos absolutamente rudimentarios y riesgosos.
Los primeros pasos de Evo fueron el de seguir a las ovejas y llamas, tratando de que
sus pies no se enreden al patear cuanto objeto redondo encontraba en su camino. Desde
niño aprendió a valerse por si mismo, y hacía corretear a su madre cuando tomaba los
ovillos de lana para convertirlos en pelotas. El fútbol fue y es su pasión, y este
deporte fue el que le abrió el camino al sindicalismo.
En 1966 su padre trasladó a Evo y a su hermana a la zafra argentina. Ambos niños
sólo hablaban aymara y para comunicarse con otros aprendieron el castellano. Mientras su
padre cortaba caña de azúcar, Evo buscaba trabajo y fue vendedor de helados.
Por su experiencia en Argentina y el contacto con escolares, el padre tuvo el impulso
de inscribir a Evo en la escuela cuando regresaron a su comunidad. Sentado en dos adobes
cubiertos con cuero de oveja y con un cuaderno en sus rodillas, dibujó sus primeras
letras y realizó sus deberes escolares en su casa, que era apenas un cuarto único.
Las frecuentes heladas en su comunidad acababan con sus míseras cosechas, y el miedo
al hambre hizo que sus padres busquen nuevos horizontes en tierras más bajas. Al final,
el destino lo llevó a Evo Morales hasta el trópico de Cochabamba cuando tenía 21 años.
Previamente, al cumplir los 18, ingresó al servicio miltar obligatorio, y ahora él como
presidente electo manifiesta: "cuando yo era soldado, mis superiores me
enseñaron a defender la soberanía de nuestro país y a no permitir jamás que tropas
extranjeras armadas estén en Bolivia. Por ello en función de presidente pediré a EE.UU.
la salida inmediata de todos sus organismos armados que estén en nuestro país".
En 1983, después de vivir en el trópico de Cochabamba, Evo es nombrado Secretario de
Deportes del Sindicato de Colonizadores por su habilidad para jugar al fútbol. Estuvo en
esta dirección dos años.
Corría el año 1985 y Evo es nombrado Secretario General del sindicato; en 1988 asume
como Secretario Ejecutivo de la Federación de Cocaleros del trópico, y en 1996 se
convirtió en Presidente de las seis federaciones de cocaleros de la región, donde fundó
el Movimiento de los Pueblos. De ahí comienza su lucha política y sindical y es en esta
etapa en que la "Umopar", esto es, fuerzas organizadas de la policía y agentes
de la DEA (una agencia norteamericana) detuvo a Evo. Después de amarrarlo a un vehículo
lo arrastraron por varias cuadras; los comunarios indígenas lucharon y finalmente
lograron salvarlo, y milagrosamente no murió.
Posteriormente organizó un partido político, el Movimiento Al Socialismo (MAS), y en
las elecciones del 2002 obtuvo el segundo lugar. Hasta que finalmente en los comicios
presidenciales del pasado 18 de diciembre obtuvo una votación jamás registrada en la
historia política y electoral del país, con más del 53% de los votos válidos y una
presencia militante de 1.541.942 de ciudadanos bolivianos que pedían "un cambio
radical" en la política nacional.
Creemos que hemos hecho con todo lo relatado un breve perfil del futuro presidente de
Bolivia, Evo Morales. Salió bachiller y tiene una cultura que va más allá de la que
posee un indígena común; sabe escuchar, no es soberbio y posee un carisma que
ciertamente ha despertado la envidia de aquellos dirigentes pertenecientes a una clase
política que ha sido claramente vencida en las últimas elecciones.
(Guillermo Teddy
Elizalde para la Red Kalki)
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