Las encuestas han demostrado que Evo Morales tiene una aceptación del 81% de la población boliviana. Mientras que el vicepresidente Alvaro García Linera le sigue con un porcentaje del 80%, es decir que con relación a las anteriores encuentas el aumento de apoyo al presidente boliviano subió varios puntos más a los pronosticados.

En abril de este año Evo Morales tenía un apoyo del 68% y su vicepresidente 77%; estos aumentos de porcentaje tienen como base, entre otras, la nacionalización de los hidrocarburos, que fue uno de los pilares fundamentales de la campaña electoral.

Es de destacar que el mayor apoyo al dignatario de Estado de Bolivia, como a García Linera, se debe también a las otras medidas económicas y políticas que están implatando a favor de los diferentes sectores de la sociedad civil boliviana, poniendo el mayor énfasis hacia las clases populares, indígenas y marginales.

El comportamiento del gobierno de Evo Morales es muy distinto los gobiernos anteriores (Sánchez de Lozada, Banzer, Jaime Paz Zamora , Jorge Quiroga, Carlos Mesa). Morales en todo momento ha defendido la soberanía boliviana y ha recalcado y censurado cualquier intromisión en los asuntos internos bolivianos, muy especialmente de la administración Bush por intermedio de su embajador en La Paz.

De igual forma la cooperación del gobierno venezolano encabezado por Hugo Chávez, programas educativos por parte de Cuba, el interés de seguir comprando gas a Bolivia de Brasil y Argentina, son factores positivos que redundaron en el alza de apoyo, según encuestas publicadas en todos los medios de comunicación social en Bolivia.

Respecto a la oposición, las encuestas dan un resultado muy negativo a Jorge Quiroga, jefe de un movimiento político denominado "Podemos”, como también a las otras y pequeñas organizaciones que tienen representacion parlamentaria. Jorge Quiroga y el resto de los partidos opositores tiene un 56% de reprobación, es decir que cada día disminuye el apoyo que algunos sectores bolivianos que dieron anteriormente su apoyo a los partidos MNR, MIR, Podemos, ADN o UCS, que prácticamente han desaparecido del espectro político boliviano.

Todo ello induce a pensar que las elecciones para elegir a representantes a la Asamblea Constituyente a realizarse en julio próximo para aprobar una nueva constitución política en el país altiplánico, serán en un 80% designados ciudadanos pertenecientes al partido del Evo Morales (MAS) y a los representantes de los sectores sociales indígenas.

Poco a poco se vislumbra en Bolivia un cambio total, tanto en el ámbito politico como en el social y el economico, muy diferente a lo que fue antes de las elecciones presidenciales del año pasado.