>  Lunes 10 de diciembre de 2007

Y así como muchas voces se fueron levantando en apoyo de este loable emprendimiento, los sectores que tradicionalmente operan en contra de la unidad nacionalista y de todo lo que tenga que ver con la defensa de los valores de la soberanía, la libertad y la independencia, comenzaron a removerse molestos e irritados desde sus diferentes cenáculos y despachos de poder. Hubo hasta incluso algunas gestiones de ciertos organismos por todos conocidos, consultando al Ministerio de Justicia si era factible impedir por la fuerza pública el discurso de Biondini. Cosa que, evidentemente, fue descartada por no existir impedimentos de ninguna índole, a riesgo de quedar descolocado el gobierno en un planteo extremo y absurdo.

En este marco se arribó a la fecha inaugural, y en una maniobra histérica que pinta de cuerpo entero el accionar de quienes por un lado invocan y hasta se arrogan el patrimonio de la legalidad, y por el otro cometen todo tipo de atropellos cuando la ley no avala sus caprichos, faltando apenas una hora para el inicio del acto, se produjo un corte de electricidad que únicamente afectaba al inmueble de Casa Patria en toda la zona de Floresta, donde la misma está ubicada. La rápida gestión de los responsables del CEDICAP y las numerosas protestas ante la empresa Edesur, lograron que la misma enviara un equipo de técnicos de emergencia, quienes luego de verificar medidores y cajas, confirmaron que no se trataba de ningún accidente o desperfecto, sino de un sabotaje externo. Tras las reparaciones necesarias y la implementación de una serie de ajustes de seguridad para impedir que esto se produzca nuevamente, la luz volvió a Casa Patria.

No podemos dejar de destacar la solidaridad de los responsables de varios comercios vecinos, que en el transcurso del imprevisto, se acercaron y generosamente ofrecieron tender cables de electricidad desde los mismos para abastecer al instituto durante el evento, si Edesur no resolvía rápidamente el problema. Hecho que fue, por lógica, agradecido pero rechazado, y que es justo remarcar en esta nota.

El acto retomaba entonces su curso normal, y los asistentes iban siendo amablemente recibidos primero en la puerta de entrada por jóvenes colaboradores de Casa Patria, chicas y muchachos con camisas blancas luciendo brazaletes con la bandera argentina, y luego en el primer piso por los encargados de ceremonial, quienes los acompañaban al salón principal.

Pese al atraso por el imprevisto, a las 20,30 las instalaciones estaban colmadas, el salón ya no daba abasto ni aún con gente parada y entonces se empezaron a colocar sillas en el hall central y otra gente optó por ubicarse de alguna manera que le permitiera escuchar o ver parcialmente la tribuna de cabecera. Un ambiente de entusiasmo era el clima reinante, en tanto se proyectaba un video explicativo sobre los objetivos y actividades futuras del CEDICAP.

Sobre esa hora, hizo su ingreso al salón principal Alejandro Biondini, quien fue recibido con fuertes aplausos y muestras de afecto por toda la concurrencia, y se ubicó en la primera fila junto a su señora esposa, la Profesora Alicia Quinodoz. A ambos lados del matrimonio, se ubicaban, entre otros, el Comisario General (RE) Jorge Silvio Colotto, el Escribano Carlos Patiño Aráoz, y los dirigentes peronistas Alberto Giacomuci y Juan Wise. En segunda fila se ubicaron el reconocido médico cirujano, Dr. Pérez Castagnino y el dirigente nacionalista, Mario Puértolas. Minutos después también llegó la Sra. Diana de Tulián y su hija María Eva.

El Secretario de Casa Patria, Andrés Oliveira, dio inicio formal al evento, agradeciendo la presencia de todos e invitando a los concurrentes a ponerse de pie para recibir a la bandera de ceremonia que presidiría el acto. La enseña patria fue portada por uno de los jóvenes del CEDICAP, y escoltado por una integrante de su juventud femenina, quienes se ubicaron a la derecha del atril en medio de fuertes y respetuosos aplausos. Tras la entonación del Himno Nacional y el minuto de silencio en memoria de los caídos por la Causa Nacional, Oliveira prosiguió destacando distintas presencias y adhesiones recibidas.

Entre ellas, de Walter Romero, director del periódico Tsunami Político, e integrante del Consejo Honorario del instituto; de Patricio Mendiondo, director del portal El Malvinense, medio de expresión de numerosas organizaciones de Veteranos de Malvinas; del Contralmirante (RE) Dr. Laurio Destéfani; de Elías Raffia, fundador y editor del periódico Patria Argentina, medio decano del nacionalismo; de entidades de familiares de víctimas de la subversión marxista; de César Daniel Pacheco, presidente del Partido Orden Real Austral, de la zona de Cuyo; de Mateo Pérez, del Nacionalismo Social de Misiones; de Héctor Cervera, de la Alianza Libertadora Nacionalista; de Aldo Velázquez, secretario de la Unión de Ciudadanos Nacionalistas de Uruguay; de Ricardo Kozak, dirigente de una importante seccional del Partido Colorado de Paraguay; de Fernando Álvarez, presidente del Frente de Acción Nacional Justicialista (FANJ); de Juan Ariel Salado, secretario general del Núcleo Restaurador del Sur de la provincia de Buenos Aires; del equipo del portal Metapedia, con sede central en Suecia; de la dirección y redacción de la Agencia Novo Press; de Diego Martínez, director de la revista Sangre Joven; de Ivanna García Moreno, directora de la revista Valkirias Argentinas; del equipo de la revista Universitarios Nacionalistas, de las dirigentes justicialistas Elena Iglesias y Olga Vieyra, así como de otras agrupaciones y entidades patrióticas.

A continuación, Andrés Oliveira resaltó la transcendencia del acto y del surgimiento del CEDICAP en pos de la participación y unidad del nacionalismo, y manifestó el beneplácito de presentar como orador de la conferencia inaugural al destacado compatriota Alejandro Biondini, de quien realizó una reseña de su carrera y lucha políticas.

En medio de aplausos y vítores, Biondini subió al estrado, pero antes de comenzar su discurso, anunció que le cedería en primer término la palabra al Comisario General (RE) Jorge Colotto, quien en una breve y apasionada arenga expuso su emoción por la constitución de Casa Patria, y en virtud de ello le hizo entrega a sus responsables de un cofre conteniendo piedras que él mismo recogió del Cementerio de Darwin en nuestras Islas Malvinas, morada eterna de los Héroes que dieron sus vidas en defensa de esas tierras irredentas. Un momento inolvidable, que marcará sin duda el futuro de Casa Patria en cuanto a su misión de ser fiel custodia de ese legado y de honrar siempre el mandato de la sangre derramada. Al descender de la tribuna, Colotto se fundió en un hermanado abrazo con Biondini.

Kalki nuevamente retomó la palabra, en un discurso donde, antes que nada, se presentó como "un hombre del pueblo al servicio de la Patria y del Movimiento Nacional", como "un ciudadano proscripto y mutilado en sus derechos políticos y electorales", aclarando que "no venía a pontificar" sino a "exponer humildemente propuestas en una asamblea patriótica". Seguidamente, su exhortación por la Unidad del Nacionalismo Argentino abarcó desde el sentido profundo y estratégico de la misma, los posibles pasos y caminos hacia la consecución de ese alto objetivo, destacando que la misma debería tener un verdadero carácter Federal y no ser un mero acuerdo entre porteños y bonaerenses, los graves peligros tanto internos como externos que acechan a la nación y que hacen urgente la mencionada unidad, la necesidad de superar antagonismos o diferencias estériles en el campo patriótico, una pormenorizada crítica al régimen kirchnerista y a las distintas y nefastas etapas de lo que denominó "personeros de la Republiqueta del 14 de junio", para cerrar con un estremecedor llamado al patriotismo militante, que fue respondido con atronadores aplausos por la concurrencia, la cual se puso de pie al grito reiterado de "¡Viva Argentina!".

Luego de varios minutos en que fue incontenible el acercamiento de muchos asistentes para felicitar, abrazar y saludar a Kalki, el maestro de ceremonias, Andrés Oliveira, convocó a todos a despedir con respetuoso silencio la salida de la enseña nacional, tras lo cual, invitó a la concurrencia a participar del brindis de honor que a continuación se serviría en los salones de Casa Patria.

Esta jornada exitosa y promisoria, se prolongó en un marco de franca camaradería hasta horas de la madrugada, y a su vez permitió afianzar diálogos y lazos entre militantes y dirigentes de distintas organizaciones.

Casa Patria ha tenido un alumbramiento luminoso y triunfal en un momento particularmente difícil de nuestra Argentina. Una esperanza en marcha y una tribuna donde seguramente muy pronto se irán levantando, sin sectarismos ni exclusiones, todas las voces del Nacionalismo, para que el sueño de la liberación nacional sea posible mediante la fuerza arrolladora de la unidad de aquellos que aman realmente a nuestro país.

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Manuel Gironés
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