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Ciudad Libre Opinión


COLUMNA DE OPINIÓN

La fiesta del Purim
y la guerra de Irak

>  Escribe: Claudio Mutti


"En los días 14 y 15 del mes de Adar
el piadoso israelita debe celebrar
'alegremente el Purim' "
(R. Mereine Coen, La religione e le leggi più necessarie per ogni israelita,Parma 1892, p. 67).

Este año el 15 de Adar (calendario judío), día culminante de la fiesta de los Purim, coincide con el 18 marzo. Que es también la fecha elegida por los Estados Unidos para dar comienzo a una nueva masacre del pueblo iraquí. Una coincidencia obviamente "casual".

Tal como es sabido, la fiesta de los Purim rememora cada año un fausto evento de la antigua historia de Israel: la masacre de la clase dirigente persa, que según el veterotestamentario Libro de Ester habría acontecido bajo el reino de Asuer (Jerjes), cuando el hebreo Mardoqueo, complotando con su hija adoptiva, logró convertirse en el primer ministro del Gran Rey. En la redacción hebraica, el Libro de Esther fija el número de los masacrados en 75.000, mientras que en la redacción griega (traducción de los Setenta) se tiene la más módica cifra de 15.000.

Edouard Montet escribía a tal respecto en su Histoire de la Bible: “El Libro de Esther nos ha impactado por el espíritu malsano con el que se encuentra animado. Se hace allí una apología exagerada del judaísmo: el fanatismo, la estrechez espiritual, la sed de odio, de venganza, de persecución contra los enemigos de Israel son los aspectos más desconcertantes de este escrito” (E. Montet, Histoire de la Bible, Payot, Paris 1924, p. 46).

Georges Dumézil, quien también juzgaba a la obra de Montet como un "óptimo libro de divulgación" (Quelques faux massacres, "Revue Turque d'Anthropologie", 3, 1927), insertaba la matanza en cuestión en la categoría de las "falsas masacres". Toda la historia de Esther, según Dumézil, sería un "relato ritual" (roman rituel) cuya finalidad era la de "explicar la fundación de una fiesta".

Pero lo que importa no es la "verdad histórica" de esta masacre. Aún si Esther y Mardoqueo no hubiesen nunca existido históricamente, a pesar de ello, en cuanto figuras míticas, es decir paradigmáticas y ejemplares, las mismas han actuado y actúan aun en la historia con una eficacia superior a la de los otros personajes históricos.

En modo tal que inspiran y legitiman también las masacres de los verdugos de hoy en día en Palestina y en Irak.

Claudio Mutti
19 de marzo

 

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