Es de dominio público la novelesca situación que
vemos en los medios en la cual el gobierno argentino hace una lastimoso papel cediendo
ante todos los requerimientos del Fondo Monetario Internacional para poder obtener algún
posible crédito y continuar con el desastroso endeudamiento que acosa a nuestro país.Como
todos sabemos, este no es un mecanismo nuevo con el cual los países imperialistas (ayer
Gran Bretaña, hoy Estados Unidos) tratan de controlar a los países más pequeños, sino
que data de las primeras décadas del siglo XIX, en las que Inglaterra, con una gran
faltante de oro en la isla y con una monstruosa producción manufacturera propia de la
revolución industrial, pone como plan aumentar la cantidad de este metal en el Banco de
Inglaterra esquilmando a países que recién estaban naciendo como eran las ex
colonias hispánicas. El plan emana de la alianza de el gobierno ingles con la alta banca
inglesa de la cual el mayor exponente es Alexander Baring. La Alta Banca pide al
parlamento de ese país el reconocimiento de la independencia de los países de América
del Sur, así podían aumentar la influencia en estas naciones por un lado mediante la
libertad de comercio para devastar las nacientes industrias regionales y por el otro lado
endeudando a estos países con la complicidad de cipayos locales para controlar sus
economías y poder realizar la transferencia de sus riquezas.
Entre Baring y los otros integrantes de la Alta Banca se repartieron las áreas de
influencia en las viejas colonias españolas, y a este le tocó el área del Río de la
Plata para desgracia de nuestra nación.
El mecanismo del endeudamiento fue mediante empréstitos que como la banca inglesa lo
realizaba con agentes locales que estaban en los gobiernos o tenían influencias sobre
estos, las condiciones entre ambas partes eran totalmente desventajosas para los estados
nacionales pero con amplios beneficios para los acreedores.
El primer empréstito que realizó el gobierno argentino fue con la casa Baring
Brothers en el año 1824 cuando el poder estaba la dupla García-Rivadavia. En este,
Baring tenía que entregar al gobierno de Buenos Aires 1000000 de libras nominales
(conforme lo convenido con sus agentes en Bs.As.). El mismo acuerdo le facultaba a prestar
al gobierno de Buenos Aires, en lugar de ese millón nominal, setecientas mil libras,
aunque Buenos Aires quedaba endeudada por la primera cifra. También Baring retiene de
antemano su comisión y paga a los comisionistas porteños 120000 libras.
Descontadas las comisiones y gastos a las arcas porteñas debían llegar 500000 libras,
las cuales sorprendentemente tampoco llegan.
Baring debía enviar la suma antedicha en oro ya que esto se había convenido cuando se
trató la ley en la Junta de Representantes, pero éste expresó en una carta que
era riesgoso enviar ese oro a tanta distancia porque podía exponer a perdidas al
gobierno de Buenos Aires, con lo cual solo envió letras giradas a comerciantes de
Buenos Aires, que casualmente eran los mismos comisionistas del empréstito.
Algo más hay que señalar, el Banco de Descuentos era el que le aseguraba el pago de
gastos por la tramitación del préstamo, también tenia la suerte de
contarlos dentro de su directorio.
Como se podrá deducir las letras giradas a Buenos Aires no fueron pagadas. Pero el
Banco de Descuentos (luego Nacional) debía formar su capital con el aporte de las
provincias.
Este era el mecanismo ideado por Baring para apropiarse de las riquezas mineras del
interior nuestro país.
Los caudillos advierten la maniobra y se oponen a los muchos intentos de la
instalación de sucursales del Banco Nacional rivadaviano.
Los Baring hacen el préstamo sabiendo que el gobierno porteño no lo va a poder
devolver pronto. Entonces para asegurarse el futuro cobro recurren a la enfiteusis.
Con este mecanismo (la utilización de la tierra sin transmisión de propiedad a cambio
del pago de un canon) no sólo se busca obtener recursos fiscales que garantizan el pago
del empréstito, sino que se inmoviliza la tierra pública, al impedirse la venta de la
misma. Esta inmovilidad de la tierra era la garantía hipotecaria que la casa Baring
obtenía sobre la tierra publica argentina. Es decir, que casi toda la tierra publica
argentina quedaba hipotecada.
Me imagino que los lectores habrán vislumbrado varias similitudes en este
hecho ocurrido hace 178 años con lo ocurrido también en nuestro país a partir de 1976 y
llegado a su pico máximo en la década del '90, en la cual veíamos funcionarios de turno
cada vez más enriquecidos y el país más endeudados y devastado en todos los bienes
públicos (YPF, SOMISA, Area Material Córdoba, etc).
El pueblo argentino debe entender que los buitres que nos endeudaron y devastaron hoy
son los mismos que bregan por el pago de esta deuda externa corrupta e ilegitima que
asfixia a las arcas nacionales y es el instrumento para que el imperialismo
anglo-estadounidense realice sus dictados a sus empleados locales para que Argentina, en
vez de ser la Nación con destino Grande que merece, sea solo una servil colonia. Solo el
pueblo argentino apoyando el resurgimiento del Nacionalismo podrá rechazar a estos
canallas y llegar al gran destino que todos deseamos.
¡Viva La Patria!
Damián Conte
12 de marzo de 2003
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